BLOQUE IV (SEGUNDA PARTE: TEATRO FOLCLÓRICO)
Primero, en esta parte, comenzaré diciendo, que en el teatro folclórico, hay que diferenciar dos partes:
- El texto dramático: son textos orales que pasan de generación en generación.
- La representación: es una forma de transmitir oralmente una historia en la que los personajes simplemente la representan.
Por otra parte, decir, que en España, el teatro folclórico popular estaba muy unido a la religión. Un ejemplo de esto es que en la mayoría de los pueblo se representaba la “Pasión de Cristo”.
También, hay que comentar, que a parte de las representaciones religiosas existían las eróticas, picantes, etc., las cuales eran cosas de la vida rutinaria. También se representaban cuentos o historias pero sin texto, estas representaciones no se ensayaban, sino que el diálogo lo hacían como les saliera en el momento.
A parte de estos tipos de teatro folclórico, existe un tercer tipo, el cual esta protagonizado por los cómicos de la legua, que eran personas con un cierto nivel cultural que iban por los pueblos haciendo representaciones.
Dentro del repertorio de estos cómicos de la lengua tenían unas obras para niños llamados los “Títeres de cachiporra”. En todas estas obras los personajes son marionetas de mano y el argumento era el mismo, el cual es que un personaje chico habla con los niños y aparece una chica (si el chico no quiere a la chica es porque quiere algo que aprecia más), luego aparece un personaje malo que se lleva todo y el personaje chico pregunta a los niños -“¿Sabéis por donde se ha ido?”- luego encuentra al personaje malo y le arrebata lo que se ha llevado.
Estas obras realmente son las únicas que se pueden considerar para infantil.
Muy bien.
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